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El ejemplar que casi posterga la publicación de «Principia Mathematica» de Isaac Newton

En el siglo XVII, un grupo de pensadores británicos se dedicó a la tarea de refinar el conocimiento humano, separando las creencias y los errores de las observaciones comprobables. Esta empresa de análisis y categorización fue fundamental para el progreso de la ciencia actual. Entre los más notables de ese período se encontraban John Ray, un famoso botánico, y su estudiante Francis Willughby, especializado en el estudio de aves y peces.

Juntos, en la década de 1660, comenzaron a reformar el estudio de la historia natural, con un enfoque particular en los peces. En 1672, la prematura muerte de Willughby dejó sus proyectos incompletos, pero Ray, en un gesto de amistad y responsabilidad, se encargó de finalizar el trabajo. El resultado fue la obra Historia Piscium, un detallado tratado sobre la clasificación y descripción de los peces, que sería publicado en 1686 con el apoyo de la Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural.

La publicación de Historia Piscium llegó en un momento crucial para la ciencia, cuando Isaac Newton también se preparaba para presentar su obra más famosa: Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica (Principia). Esta obra, que sentó las bases de la física moderna, estaba destinada a revolucionar el conocimiento humano. Sin embargo, el lanzamiento de Historia Piscium y su alto costo de producción dificultaron la publicación de la obra de Newton.

La disputa entre la ciencia y la comercialización

Historia Piscium, que fue magnificada con 189 grabados de gran calidad, se convirtió en un artículo de lujo en el mundo científico, pero no logró el éxito esperado. La obra, aunque científica, estuvo mal posicionada en el mercado debido a su precio elevado, lo que resultó en un fracaso de ventas. La Real Sociedad, que había apoyado el proyecto de Ray con la esperanza de una rentabilidad similar a la de Hortus Eystettensis, un famoso libro botánico de principios del siglo XVII, se encontró con un gran stock de libros no vendidos.

Los ingresos insuficientes producidos por Historia Piscium impactaron de manera directa en la habilidad de la Real Sociedad para costear la impresión de Principia Mathematica. La sociedad, en una crítica situación económica, no logró cumplir con su acuerdo con Newton, quien había enviado su obra con altas expectativas para su publicación.

Afortunadamente, el astrónomo Edmond Halley, conocido por su trabajo en la órbita de los cometas, intervino en la situación. Halley, admirador de Newton y de su obra, asumió la responsabilidad de recaudar los fondos necesarios para la impresión de Principia, incluso poniendo dinero de su propio bolsillo. Este gesto garantizó que la obra fuera publicada en 1687, convirtiéndose en uno de los hitos más importantes de la historia de la ciencia.

Repercusión y herencia de «Principia Mathematica»

Aunque enfrentó obstáculos al principio, la aparición de Principia Mathematica inició una nueva etapa en la ciencia, integrando la física y la astronomía en una única disciplina. El libro no solo explicaba la teoría de la gravedad, sino que también sentaba las bases para las leyes del movimiento de los planetas, que serían esenciales para los análisis de la física contemporánea.

Aunque el efecto inicial de Principia no fue tan rápido como se anticipaba, debido a que fue escrita en latín y contenía ideas complejas, no logró un éxito comercial inmediato. De hecho, Newton optó por regalar numerosos ejemplares no vendidos a bibliotecas universitarias y escuelas. Sin embargo, estudios recientes indican que Principia alcanzó una difusión más extensa de lo que se había supuesto, lo cual sugiere que su influencia en la ciencia durante la Ilustración fue mucho más significativa de lo que se pensó al principio.

El abandono de «Historia Piscium» y la herencia de Halley

Mientras Principia Mathematica se consolidaba como un pilar de la ciencia moderna, Historia Piscium cayó en gran parte en el olvido. Sin embargo, su existencia y su conexión con los inicios de la obra de Newton siguen siendo recordadas, especialmente por su breve pero significativa intervención en la historia de la ciencia.

Halley, por su parte, continuó con su legado científico, utilizando las leyes del movimiento de Newton para calcular la órbita de un cometa que más tarde recibiría su nombre. A lo largo del tiempo, Halley también se consolidó como una de las figuras más relevantes de la astronomía, especialmente por su trabajo en la predicción de los cometas.

A pesar de los obstáculos que enfrentaron los científicos de la época, la publicación de Principia Mathematica sentó las bases para el desarrollo de la física moderna y dejó un legado duradero que aún resuena en la ciencia contemporánea. En este sentido, el conflicto con Historia Piscium resalta la importancia de las decisiones y los retos comerciales en el desarrollo de la ciencia, mostrando cómo, incluso en el mundo científico, las barreras económicas y los intereses comerciales pueden influir en el curso de los avances más significativos.

Por Otilia Adame Luevano

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